miércoles, 2 de noviembre de 2011

La liturgia, y especialmente la música, debe reflejar nuestra fe histórica

Los líderes de culto deben olvidar sus intentos de producir una "experiencia" sublime, y deben concentrarse en llevar a la congregación a apreciar "la fe una vez dejada a los santos". La meta no debe ser el llevar la congregación a un estado de éxtasis, de elevarse en "alabanza", o de caerse al cielo "en el Espíritu. La meta debe ser enfocar todos los sentidos (cabeza y corazón) en el Dios de nuestra salvación, que se ha manifestado por muchas obras en el pasado, y de forma suprema en la persona de Jesucristo. El contraste entre el misticismo y la religión bíblica hoy en día se manifiesta más claramente en la música. Dios le dio a Israel un himnario, los 150 Salmos. Y un buen número de los Salmos relatan las historias de la salvación de Israel. ¿Sabe por qué la iglesia moderna sólo canta pedacitos de los Salmos? ¡Por que su fe es mística y no histórica! Voy a dar un sólo ejemplo.
  

Por ahí escuché un canto evangélico que repetía una y otra vez que Dios le había dado las fuerzas de un búfalo, citando Salmo 92:10. Lo triste es que esta metáfora llamativa estaba sacada totalmente fuera de su contexto en el Salmo, y convertido en un grito de alegría que se acercaba a los absurdo. ¿Fuerzas de un búfalo? ¿Para qué? El canto no resuelve el interrogativo. Pero si echamos un vistazo más cercano al Salmo, encontraremos el contexto.

El titulo del Salmo afirma que es para "el día de reposo". Es casi seguro que el propósito de este Salmo era para usarlo en culto, cantando junto con otros adoradores de Dios. Termina hablando de los justos que se encuentran en el templo (vs 13), y quienes "anuncian" las virtudes de Dios (vs15). De modo que debemos entender este Salmo en un contexto de adoración corporativa.

En segundo lugar, el Salmo menciona explícitamente la "fidelidad" de Dios (vs. 2) y "las obras" de Dios (vs. 5). Si bien el salmista aquí no repasa todas las obras de Dios como en otros salmos (ver por ejemplo Salmos 77, 99, 104, 136), lo que lo anima y lo conforta es el recuerdo de las obras de Dios, seguramente en la creación y en la redención. Este Salmo es un llamado a meditar y celebrar las grandes obras de Dios en la historia.

En tercer lugar, es un Salmo que anuncia juicio sobre los enemigos de Dios (vss 7-9). Este hecho mismodebe refrenar el uso "frívolo" de este Salmo; ¡estamos cantando acerca de la condenación eterna de los seres humanos!
Y en cuarto lugar, este es el contexto en que el salmista proclama que a pesar de que los enemigos de Dios se arremeten contra el justo en la tierra, Dios proveerá las fuerzas (como de un búfalo) para resistirlos (vss. 10,11). Ahora bien -todo esto es muy lejos del cantito sobre "las fuerzas de un búfalo" a ritmo de salsa. Este Salmo nos inmersa totalmente en una fe histórica, cobrando ánimo para el futuro con base en lo que Dios ha hecho en el pasado. Y este tipo de canto es muy diferente a la mayoría de lo que se canta hoy.

La liturgia de la iglesia debe llevar la congregación a unirse al pueblo de Dios de todos los siglos en recordar y celebrar las obras de Dios en la creación y en la salvación.


Fuente: Reforma Siglo 21, Junio 2010, Volumen 12, Número 1, Edit. CLIR, pp. 56-58.

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